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sábado, 4 de julio de 2015

Survival Zombie 23# Edición. Alameda de la Sagra (Toledo). 20 de Junio




Survival Zombie 23# Edición. Alameda de la Sagra (Toledo). 20 de Junio





20 de Junio, a pocos días de la noche de San Juan, mientras algunos entrenan para saltar por encima de las hogueras, yo reuno un grupo de amigos para dirigirnos hacia Alameda de la Sagra en Toledo, e intentar sobrevivir toda la noche a una amenaza Zombie.
Esta aventura consta de un recorrido y unas tramas, os voy a contar la historia de la Survival desde el recorrido que hicimos, que en algunas ocasiones nos desvíamos del orden secuencial de la trama, pero igualmente os la contaré de una forma u otra, sin dejar ningún detalle en el olvido.

Este pueblo ya había experimentado la amenaza de la infección zombie el 30 de Noviembre de 2013, creían que estaban a salvo, pero algo que aprendí de pequeña, es que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, y que la historia siempre se repite.

Tras pasar por el check-in, donde nos entregaron mapa, un billete de 100 games para todo el grupo, pañuelo verde de superviviente y pasaporte de WRG, nos dirigimos hacia la plaza del pueblo para ver la escena inicial, con La Corporación WRG cómo centro de todo lo acontecido esa noche.

Escena inicial
Unos seres monstruosos, sacados de películas de terror, desfilaron frente a nosotros para subir al escenario. El director, jefe de operaciones tecnológicas, el que estaba al mando del laboratorio de WRG, fue sacado de sus vacaciones, con sus bermudas y su piel bronceada, a causa de la amenaza inminente, por lo cual, su humor sarcástico y amenazador, se hacía evidente. Nos explicó que habían capturado a un traidor que había vendido sus experimentos a la resistencia, creadora de esos seres que inspiraban de todo, menos seguridad y confianza, que la misión de esa noche, era recuperar unos viales robados con la cura al virus zeta, antes de que llegaran a manos de la resistencia, y lo usarán sin criterio ni discriminación alguna, pero que la fuga de seres monstruosos de tipo zombídico, no nos pondrían nada fácil nuestra tarea, y que el tiempo jugaba en nuestra contra, para ello, nos ofrecieron una oferta tentadora, por el módico precio de 100 games, (o sea se, todo nuestro dinero), dirigiendonos al polideportivo (lugar del check-in), nos dirían una pista, el lugar de la primera prueba donde poder dirigirnos. También nos dijeron que si durante la primera hora de juego éramos heridos por alguna de esa criaturas, dirigiéndonos igualmente al check, los viales para nuestra cura serían gratis, que desde las 12,30 hasta la 1,30 la cura nos costaría 100 games, y a partir de esa hora ya no se hacían responsables.
Y para darnos un aliciente, nos animaron a realizar pruebas extraordinarias, para conseguir games extras.
Así que teníamos un gran dilema, cómo invertir nuestro dinero grupal.
Tras la experiencia en otras ocasiones, de pasarnos horas buscando un punto inicial donde empezar a experimentar la aventura de las pruebas, decidimos por el bien grupal, gastar el dinero en una pista, intentar hacer las pruebas extras para obtener más dinero, y mientras tanto, cada uno era responsable de que no le atrapasen.

Trama 1
Todos de acuerdo. Con la decisión, pusimos rumbo al check, nos señalaron una zona en el mapa y nos dirigimos a ella sin perder tiempo.
Allí encontramos una doctora peculiar, extravagante y muy alocada. Nos dijo que teníamos que encontrar a Javier Herradas amigo del traidor, el que supuestamente tenía los viales en su poder, pero para poder hablar con ella nos escribió una operación matemática en una hoja de papel, y si no la resolvíamos correctamente, no nos dirigiría ni la mirada. Una vez resuelta, nos mandó al final del callejón en busca de Alfonso, él nos diría lo que tendríamos qué hacer para resolver el misterio de los viales.
Éste nos señaló a un zombie apoyado contra un muro encadenado, aletargado, pero que no sabía cómo reaccionaría al acercarse alguien a él. Por lo que necesitaba un valiente voluntario, que lo registrara con cuidado, y que alcanzara a recuperar unos medicamentos que tenía en su poder, inválidos para ese ser, e ignorante de lo valiosos que son para nosotros, los vivos. Un compañero se fijó que la caja del medicamento estaba entre sus piernas y con un palo largo que encontramos tirado en el descampado de al lado, conseguimos cogerla sin problemas, bueno algún susto que otro nos llevamos cuando, el zombie pegaba zarpazos al aire para intentar atacarnos, pero con destreza y cautela nos hicimos con la mercancía y se la entregamos a Alfonso.
En agradecimiento, nos mandó en busca de un compañero suyo de la Universidad, que se encontraba refugiado en el Ayuntamiento del pueblo, quizás con él tendríamos más suerte en nuestra misión de recuperar los viales desaparecidos, para que se fiara de nosotros, nos selló el pasaporte en su correspondiente casilla y nos pusimos en su busca.

Trama 2
Una bailarina de aspecto terrorífico, no dejaba que nadie se acercara a la puerta del Ayuntamiento, nos tenía atemorizados, con sus movimientos antinaturales, ninguno de ellos recordaba a un espectacular baile de ballet, pero sí nos mantenía presente el tipo de entretenimiento que vivimos en este apocalipsis zombie, expectantes a sus movimientos, idas y venidas por la plaza, aprovechamos un momento para entrar todo el grupo al interior, zona segura en principio (pues nunca sabes qué te puedes encontrar al otro lado de una puerta), y allí nos encontramos con el compañero de Alfonso, nos dijo que no podía ayudarnos con los viales, pero que tenía una Zombie atrapada en el interior de una habitación, totalmente a oscuras, y necesitaba recuperar una muestra de su sangre para entregársela de nuevo a Alfonso y que seguramente, sabría cómo recompensarnos. Para recoger la muestra de sangre de su piel, entregó una gasa a un componente del grupo, y sin linterna, en total silencio y a oscuras, nuestro compañero tuvo el valor de realizar la prueba, cuando salió todo eufórico por la puerta con la gasa ensangrentada en sus manos, nos sellaron el pasaporte a todo el grupo, y nos dijeron que nos dirigiéramos al colegio, en busca de Javier Herradas, él era nuestra nueva esperanza, clave en la misión.
Nos guardamos la gasa con la sangre de la Zombie para entregársela a Alfonso si le volvíamos a ver, y fuimos en busca de Javier.

Trama 3
La entrada al colegio nos resultó bastante complicada, dos Zetas bastante buenos en su empeño de comerse a las personas, nos lo pusieron muy difícil a la hora de esquivarlos, y en el momento en que conseguimos entrar en el patio del recinto, echamos la verja de la puerta, para que no pudiesen acceder, de momento estábamos a salvo, ya nos ocuparíamos de ellos cuando tuviéramos que salir de nuevo por el mismo sitio.

En la parte de atrás del colegio, escondida en unos columpios, la compañera de Javier Herradas, nos explicó cómo una Zombie en el interior de las aulas, les obligó a separarse, ella había conseguido salir, pero Javier seguía en su interior, y necesitaba saber que estaba bien. Esta vez todo el grupo nos adentramos en las entrañas de aquel oscuro colegio, silencioso a excepción de alaridos, gruñidos y gritos no humanos que procedían de su interior. En una de sus aulas la zeta deambulaba a oscuras, tropezando con sillas y haciéndonos saber que estaba muy presente, en fila india, y muy despacio empezamos a pasar por debajo de los pupitres, el corazón me latía a mil, los ojos ya acostumbrados a la oscuridad me dejaban distinguir las figuras de los obstáculos a atravesar, pero no lo suficiente, pues choqué con unas sillas que alertó a la zombie, que apunto estuvo de agarrarme un pie, si no fuera por otro compañero que tiró de mí por debajo de un pupitre, e impidió que la zeta me capturase entre sus fauces. Me incorporé tan rápido como pude y empecé a correr hacia la puerta sin mirar atrás, cerrándola tras de mí en el último momento, un instante antes de que me atrapase. Con la adrenalina a tope, salimos a un pasillo, unas escaleras y rumbo al piso superior nos encontramos con Javier, escondido en el rellano. Nos informó de que los famosos viales estaban ya en manos de la resistencia, nos señaló en el mapa una zona, que tendría que estar llena de camiones, justo entre ellos debíamos encontrar a Charly, él nos diría qué hacer.

Trama 4
El camino, aunque largo, nos resultó fácil de recorrer, al escoger la ruta más alejada del foco de infección, apenas encontramos zombies por el camino, alguna horda lejana, nada peligrosa a tanta distancia, sin embargo no te puedes confiar lo más mínimo, pues en cuanto bajas la guardia, es cuando te sorprenden.
Encontramos una rotonda rodeada de camiones militares, y en una de sus calles, una fila de camiones de transporte, aparentemente vacíos, y nos dirigimos hacia ellos sin prisa pero sin pausa, sabíamos que debían de haber Zombies cerca, pero no los veíamos. De repente entre los camiones empezaron a salir un montón de ellos y vimos a Charly subido en la parte de atrás de un camión enorme, el esqueleto de un tráiler, con el armazón al descubierto, que nos gritaba, corred, venid, subid aquí, ¡rápido! y tan rápido como pudimos nos apresuramos a subir al camión, en esos instantes nos rodearon todos los zombies, 5 por un lado, a lo largo del camión, 3 por el otro, Charly y mi grupo en el centro, sintiendo cómo esas manos sangrientas nos rozaban las zapatillas, entonces nos percatamos de la ausencia de uno de nuestros compañeros, José no llegó a subir al camión, y ya siendo más de la 1,30 no tenía posibilidad alguna de salvamento, así abandonando nuestro bando, pasó a convertirse en uno de esos seres, que nos complicaba la existencia.
Siguiendo con Charly en el camión, nos dijo que se había roto un tobillo, que no podía moverse de allí, y nos señaló un lugar en el mapa, un cuartel de la resistencia, situado en un descampado, teníamos que encontrarlos y pedirles ayuda para que fueran a rescatarlo. Nos selló los pasaportes y distrajo a los zombies en la parte de atrás del camión para que pudiésemos salir por la parte más próxima a la cabina del vehículo.

Trama 7
De camino al campamento de la resistencia, evitando pasar por el centro del pueblo donde se concentraban la mayor parte de esos seres, nos encontramos con un grupo de soldados de la WRG, que nos pusieron en fila contra una pared, y nos preguntaron hacia dónde nos dirigíamos. Bien, a ver cómo contestábamos, que íbamos en busca de un campamento de la resistencia, sin que nos fusilaran allí mismo.
Bueno la primera pregunta fue fácil de esquivar, únicamente contestamos que buscábamos un descampado, la siguiente pregunta nos miramos todos pensando quién se atrevería a responderla, pues lógicamente preguntaron para qué queríamos encontrar un descampado. Sara una compañera del grupo, sarcásticamente dijo que necesitaba evacuar aguas menores y que a falta de un wc, esa era una buena opción, en ese mismo instante, la miramos todos con cara de... acabas de sentenciarnos a muerte, pues esta gente no se toma demasiado bien las notas de humor, pero Jesús, otro de nuestros compañeros, hábilmente respondió; bueno, en realidad es que nos han dicho, que en un descampado cerca de aquí podíamos hallar algo de utilidad para la recuperación de los viales desaparecidos, y nosotros por WRG, hacemos lo que sea.
Parece ser que esa respuesta les tranquilizó y nos indicaron al descampado donde deberíamos dirigirnos, la cuestión es que la zona indicada no era la misma, que nos había señalado Charly en el mapa, así que pensamos que nos habían mandado hacia una trampa plagada de zombies o simplemente era una pista falsa. El caso es que al llegar, vimos que en esa zona pasaba algo, Zetas pululando y gente corriendo, así que aprovechamos para averiguar que ocurría exactamente. Tras esquivar un par de Zetas hiperveloces, y bordear unas calles, en el descampado de la parte de atrás de un edificio, nos topamos de frente con Alicia, nos dijo que permanecía oculta entre los matorrales, para que no le atrapasen, pero que hacía un rato que no sabía nada de su hermano Alex, que por favor le ayudásemos a buscarlo. Nos separamos con cautela, y empezamos a buscarlo, al final del recinto, entre el recoveco de unas rocas conseguí hallarlo, tenía un arañazo que no parecía haberse producido naturalmente, me dijo que para él no había esperanza, que le dijéramos a su hermana que la quería, y que fuésemos a buscar a un amigo suyo, quizás él podría ayudarnos, pero que tuviéramos cuidado, porque últimamente su amigo no se encontraba en plena facultades racionales, así que, hiciéramos lo que hiciéramos, no le alterásemos. Menudo ánimo para querer encontrarlo, pensé. En fin, reuní al grupo, le contamos a Alicia el estado de su hermano, y tras sellarnos los pasaportes e indicarnos que su peculiar amigo se encontraba en la otra punta del pueblo, en la piscina municipal, bien escondido, nos dirigimos esta vez sí, en busca del campamento de la resistencia, que nos pillaba de camino, con tan mala suerte, que al doblar una esquina en ese mismo instante, un Zeta se chocó de bruces con Sara, a la que le agarró de la cabeza y empezó a deborarla, todos los demás, aprovechamos para escapar, y contemplamos su fin desde la distancia, escondidos y a salvo, por unos momentos más, sin saber quién podría ser el siguiente.

Trama 5
Por el camino, un atlético Zeta descamisado con arañazos enormes por todo el torso, empezó a perseguirme sin piedad, me faltaba el aliento, mis zancadas no parecían avanzar lo suficiente, pero gracias a mi grupo, que distrajo con una linterna a ese incansable ser hacia ellos, lo suficiente para poder doblar una esquina y ocultarme entre unos vehículos, debajo del guardabarros, oculta entre sus ruedas, conseguí zafarme de sus garantizados mordiscos. Con la adrenalina fluyendo a toda velocidad por mis venas, alerta a cualquier ángulo de visión, conseguimos dar con el descampado de la resistencia, donde otra terrorífica Zeta nos cortaba el único camino transitable, de hecho, tuvimos que bordearlo a través de matorrales con pinchos, que nos llenaron de arañazos, y Jesús, acabó rodando ladera abajo, al tropezar con una roca inesperada en el camino, los soldados de la resistencia boquiabiertos al vernos aparecer entre la maleza, con uno de nosotros hecho un ovillo que rodó hasta sus pies, se preocuparon por nuestra salud, al comprobar que mi compañero seguía de una pieza, nos dieron una misión, encontrar a un soldado y decirle que ibamos de parte del capitán Villares, sacarle una foto, y si se la entregábamos de nuevo, seríamos recompensados. La verdad es que ya era demasiado tarde para andar con pruebas extras, y el acceso a ese campamento, había resultado de todo menos fácil, así que si nos pillaba de camino bien, pero desviarnos del recorrido, con el tiempo a contrarreloj, no lo veíamos factible.

Trama 6
De camino, en busca del soldado, nuevamente nos cruzamos con el Zombie descamisado, veloz e incansable, pero esta vez, ni si quiera dejamos que nos avistara, nos ocultamos, esperamos a que pasara de largo, y aguardamos un tiempo prudencial, para continuar caminando, pasamos cerca de Alfonso, y aprovechamos para entregarle la gasa ensangrentada que conseguimos en la prueba del Ayuntamiento, y a cambio nos entregó un billete de 100 games, que guardamos para más adelante, o quizás incluso para poder usar en otras ediciones.
Continuamos nuestro camino hasta dar con un bloque de edificios abandonados, Zetas acróbatas, no paraban de dar saltos de un muro a otro, desde la ventana de un segundo piso al suelo, y yo pensaba, ¡venga ya! a parte de correr ahora también ¿vamos a tener que ser capaces de hacer acrobacias, para poder escapar de estos seres?, así que como pudimos, entre salto y salto, los esquivamos y dimos con el soldado. Este poseía un móvil bloqueado, con instrucciones de la resistencia, y con el código de desbloqueo oculto, número por número, en diferentes zonas de aquellos edificios abandonados de vida humana. Con cuidado, acompañamos al soldado de un lado a otro, hasta que nos hicimos con todos los números. Tras meter el código de desbloqueo, vimos un mensaje de la resistencia que le decía que se buscase la vida, que no podían hacer nada por él, y esa cara, la que se le quedó, era justo la que había que fotografiar para entregarsela de nuevo al capitán, y que por supuesto, no teníamos intención de hacerlo, por muchos games que nos ofrecieran a cambio.
El soldado nos habló de unos hermanos que quizás podrían ayudarnos, al ver que nos señaló en el mapa el descampado donde se encontraban Alicia y el potencialmente Zombie Alex, nos aliviamos al saber que no teníamos que volver a cruzar de nuevo todo el pueblo, cada vez más plagado de zombies, incluso nuestros amigos caídos en combate unidos a esas numerosas hordas, y gracias a aquel contratiempo que tuvimos con los militares, acortamos el tiempo y distancia entre prueba y prueba, lo que jugó a nuestro favor para poder llegar hasta el final.

Trama 8
Retomando la trama de Alex y Alicia, fuimos hacia la piscina municipal, en busca de su amigo, al que acabamos llamando el loco del hacha, porque nos recibió con una enorme hacha de mano, mirada perdida y palabras desvariantes, llenas de desánimo, sin esperanza. Nos reunió en una sala, nos hizo sentarnos, y empezó a decir que estábamos perdidos, todos muertos, que no había nada que pudiésemos hacer, y en ese momento, un Zombie apareció arrastrándose por el suelo, todos nos levantamos asustados, gritando, diciéndole que hiciera algo, y él seguía ahí sentado sin inmutarse, con el hacha en la mano, preguntando qué podía hacer él, a lo que respondimos casi al unísono, ¡¡pues matarlo!! y seguía preguntándonos pero ¿cómo? Y nosotros al borde de la desesperación por ver que ya estaba demasiado cerca, le gritamos ¡¡¡pues con el HACHAAAAA!!!  a lo que reaccionó ingenuamente y dijo, ¡ah, es verdad!  Y sin moverse de la silla pegó un hachazo firme y seco al zombie raptador dejándolo aletargado, ahí tirado en el frío azulejo del suelo, después nos dijo, que buscásemos un mapa que había perdido por aquellas instalaciones, vestuarios llenos de cabinas para cambiarse, duchas y retretes, pero que nos diésemos prisa, por si el aturdido Zombie, le diese por reaccionar. Al encontrarlo una carita sonriente marcaba la plaza del pueblo donde había empezado todo, epicentro del foco de infección. El loco del hacha dijo que allí encontraríamos a un vaquero, él sabría qué hacer con nosotros, pero antes de salir escopetados por la puerta, nos detuvo y nos confió un secreto, alguien más podría ayudarnos, cerca del vaquero otra prueba extra nos esperaba, una a la que sólo mandaba llegar, a unos pocos valientes como nosotros, metidos en nuestro papel, roleando hasta el último minuto, cómo se debe de hacer, y agradecidos pusimos rumbo hacia aquella zona infestada de zombies.

Trama 9
Perdimos mucho tiempo en atravesar esas calles llenas de hordas, infestadas de zombies maquiavélicos, difíciles de esquivar, de hecho, justo cuando encontramos al vaquero, un par de hordas aparecieron por ambas entradas al parque, bordeando el escenario, donde nos encontrábamos. El caos se desató y todos acabamos desperdigados, vi cómo cazaban a un superviviente, pero no sabía si pertenecía a mi grupo o a los que ya estaban allí cuando llegamos, cuando por fin conseguimos reunirnos todos, sanos de milagro,  el vaquero nos señaló una puerta entre abierta, nos dijo que bajando por unas estrechas escaleras llegaríamos a su compañero, le había oído, gemir, aullar de dolor, pero no se atrevía a ver cómo se encontraba, así que nos mandó a nosotros para averiguar la realidad de su situación. Con cuidado y en silencio, de nuevo a oscuras, llegamos hasta su compañero, permanecía inmóvil, tirado en el suelo, desde luego, en un estado preocupante, lleno de sangre y con un mordisco descomunal en su pierna derecha, de repente empezó a convulsionar, a levantarse poco a poco, a gruñir de forma alarmante, y sin pensárnoslos dos veces, subimos corriendo por las escaleras, cerramos la puerta tras de nosotros, a tiempo para escuchar los golpes que amartillaba aquel nuevo ser en que se había convertido su compañero, y así se lo hicimos ver al vaquero. Frustrado por la situación, nos dijo que la única esperanza de recuperar los viales, estaba en manos de una doctora, que la buscásemos en el colegio.
Pero antes de dirigirnos nuevamente al colegio, le comentamos que nuestro amigo, el loco del hacha, nos dijo la probabilidad de que alguien más nos pudiera ayudar, entonces nos señaló unos militares escondidos en un callejón, y ya que estaban ahí mismo, nos acercamos para ver qué podían ofrecernos, en nuestro mapa les señalamos todo el recorrido que habíamos hecho esa noche, nos felicitaron, dijeron que éramos unos valientes supervivientes, y nos recompensaron con un billete de 100 games.
Ahora sí, ya estábamos preparados para emprender nuestro camino.

Trama 10
Rumbo al colegio, nos topamos con los Sick Monkeys, grupo militar extremista, contratado por la WRG, para garantizar el control de los supervivientes, por las buenas o por las malas, ya que sus métodos suelen ser poco ortodoxos, retenían a un grupo de supervivientes y como no queríamos que nos hicieran lo mismo, fuera lo que fuese, lo que les estaban haciendo a ellos, seguimos nuestro camino, con su mirada oculta tras sus máscaras, puestas en nosotros.
Una vez más los Zetas que custodiaban la instalación, nos lo pusieron difícil para entrar al patio interior del colegio, pero, tras un regate de un superviviente que aparecía incluso más veloz que ellos, los atrajo y distrajo el tiempo suficiente, para que todos los que esperábamos la ocasión de entrar, pudiéramos hacerlo. Por segunda vez ese Zombie tuvo que contemplarnos a través de la verja que nos separaba de sus fauces.
Dentro de un hall, que parecía dar al salón de actos, nos esperaba la doctora, nos explicó que perteneció a WRG, pero ya no se podía fiar de ellos, necesitaba recuperar los viales y ponerlos en buenas manos. El problema es que para recuperarlos, teníamos que entrar en el salón de actos, a oscuras, lleno de sillas y colapsado por zombies y seres aterradores. Lo bueno, las armas de soft combat que nos entregaó la doctora para poder protegernos, lo malo, que no había armas para todos. De uno en uno fuimos entrando, desperdigándonos por todo el salón, yo llevaba una pala y a una chica desarmada a mi cargo, lentamente avanzamos, con cuidado de no tropezar y alterar lo más mínimo el estado latente de esos seres, puntos de luz fluorescente indicaban la posibilidad de encontrar un vial en los alrededores del halo de luz que desprendían, de vez en cuando un gruñido se oía cada vez más cerca de nosotras, un sobresalto hizo que tres zombies se acercasen a nuestra posición, la chica pegada a mi espalda como si fuésemos siamesas, me susurraba al oído, nos están rodeando, yo con la pala puesta delante de mí, en posición de ataque, empecé a hacer un círculo a nuestro alrededor, no se qué producía más ruido, el estrepitoso latido de nuestros corazones alterados, o la respiración jadeante que nos obligaba a realizar nuestros pulmones al hiperventilar. La tensión se sentía en toda la sala, alguien dijo en la otra punta, "ya los tengo, salgamos de aquí" pero con las ansias de alcanzar la puerta, un jugador demasiado escandaloso para la situación, fue alcanzado por los zombies que parecieron hacer una montaña de cuerpos en el suelo, pobre desgraciado, tan cerca del final y tan lejos de la victoria, pero la desafortunada suerte para algunos, no aventajó a mi inseparable compañera y a mí, que tras la evasión de los zombies que nos rodeaban por acudir a suculento banquete que se encontraba a escasos metros de nosotras, pudimos alcanzar la puerta, la salida y al final respirar a salvo de toda esa locura.
Le entregamos los viales a la doctora, y nos dijo que fuésemos a buscar a su compañero, el traidor que vimos al principio, para contarle que la misión había resultado con éxito. Nos indicó que se encontraba recluido en el campo de fútbol, y allí nos dirigimos.

Trama 11. Escena final.
Ya había amanecido, cuando conseguimos llegar al campo de fútbol municipal, un grupo de soldados de WRG nos recibieron y nos hicieron esperar a que otro grupo saliera de unos vestuarios, donde retenían al supuesto traidor, nos indicaron que treinta personas llegaron antes que nosotros, y que nuestro grupo sería el último en recibir al prisionero.
Al entrar nos encontramos con el jefe de operaciones tecnológicas con sus bermudas, a un par de soldados de WRG custodiando al traidor y a una zeta al fondo del vestuario, supuestamente controlada. Nos preguntaron por los viales y les dijimos que se lo habíamos entregado a la doctora. El director se empezó a reír y nos dijo, bien hecho, bien hecho, eso era justamente lo que esperábamos, jamás hubo ningún traidor, él estaba de nuestro lado, los viales no tienen ninguna cura, si no una cepa mutógena que infectará a todo aquel que lo use, y ahora está en manos de la resistencia. Nos sacaron al exterior y comunicaron lo ocurrido, al resto de supervivientes según iban llegando.
Cuando se aseguraron que estábamos todos dentro del recinto, dijeron que los traidores éramos nosotros y decidieron abrir las puertas para que todos esos seres inmundos, fuesen a por nosotros y no nos dejasen escapar con vida.
Una horda descomunal entraba y acechaba a todo aquel que se cruzará en su camino, gente corriendo por todo el campo de fútbol, escondiéndose, escalando los muros, caos, descontrol, euforia no sé si más por parte de los supervivientes o de los zombies, pues nuestro número era cada vez más inferior al suyo, que disfrutaban cada vez más, con cada uno de nosotros que devoraban.
La mayoría cayó en el campo, sólo unos pocos conseguimos escapar, preparados para volver a repetir las veces que haga falta, está búsqueda de la verdad absoluta, algo que acabe de una vez por todas con la gran amenaza Zombie.
Mientras esperáis a que os cuente la siguiente aventura, recordad, no dejéis de sobrevivir.

Escena final

Vídeo grabado por Jesús, compañero de batallas







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Y.L.L.
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